参加世界杯是什么体验?
1986年世界杯决赛前夜,我一分钟都没能入睡。当天的比赛环境非常艰难:墨西哥城位于高海拔地区,而比赛又在6月一个炎热到让人窒息的中午开始。这时,教练突然分配给我一个任务,让我紧盯布里格尔。
布里格尔不是一个普通的球员,他是典型的德国人,身材高大,还是五项全能项目的实力选手。我只跟了他两分钟,就开始感到口干舌燥无法呼吸,不得不向场边求助,可比赛至少还有88分钟。我绝望地喝了口水,却下定决心:这是我人生中最期待、最重要的比赛,不到倒下的那一刻绝不能停下脚步。我慢慢平静下来,重新在布里格尔身后奋起直追。
有两三次,感受到从头到脚冷热交加。我劝自己:“不然就倒下吧。”可我终究没有这样做,在内心的澎湃,时间的特殊性和责任感的驱动下继续奔跑。
直到主裁判吹响了比赛结束的哨声,疲劳已经感受不到了,当时的状态可能比一命呜呼好一些。不过在足球历史上还没有对成为世界冠军没有感觉的人。经此一役,我确信,如果一个人的大脑被强烈的意志力所推动,人的身体就有能力超越以往合理的极限。这是足球带给我的宝贵体验,而我终于带着这份来之不易的财富和信念,从国家队退役。
La noche anterior de la Final de la Copa del Mundo de 1986 no logré dormir ni un minuto. Se jugaba al mediodía con el calor asfixiante del mes de junio, en la altitud de México D.F., y me tocó cumplir con una misión inesperada: hacerle un marcaje «hombre a hombre» a Briegel.
No se trataba de un jugador cualquiera, sino de un ejemplar alemán del tamaño de un armario empotrado que había competido con éxito en pruebas de pentatlón en su Alemania natal. Bebí con desesperación y tomé una decisión: correría hasta desmayarme. Se trataba del partido más importante, del más esperado de mi vida, y no cabían términos medios. Toda decisión, aunque sea algo trágica, tranquiliza mucho. Y me puse a correr, en ocasiones detrás de Briegel, en otras detrás de la pelota, en otras detrás del gol... Dos o tres veces tuve un escalofrío que me subió de los pies a la cabeza y como estaba seguro de que se trataba de la serial esperada, me dije: «Ya está, ahora me desmayo». Pero no ocurría. Apenas cumplidos dos minutos de mi abnegada misión, me acerqué a la banda a reclamar agua porque tenía la garganta tan seca que no me entraba ni el aire. Mala serial porque, en el mejor de los casos, a mi cometido aún le quedaban 88 minutos. Y como no ocurría, seguía corriendo impulsado por la pasión, por la excepcionalidad del momento, por el sentido del deber... Hasta que el árbitro, en un inolvidable gesto de generosidad, marcó el final del partido. ¿Cansado? Muerto, más bien. Pero la historia del fútbol no conoce ni conocerá a nadie que se sienta sin fuerzas para dar la vuelta olímpica siendo campeón del mundo. Salí de aquel partido con la seguridad de que si la mente está empujada por un gran estímulo, el cuerpo acompaña ensanchando los límites hasta mucho más allá de lo razonable.